Me duele y me dolerá siempre recordarte, fuiste sin ninguna duda el mejor de mis Amigos. Compartimos un montón de maravillosos momentos hasta el final y te marchaste como un Señor con el último de mis abrazos.

Espero haber estado a la altura también para ti y haber conseguido que tu paso por este mundo haya sido, como lo has sido tu para mi, la mejor de las experiencias.

Te llevo tatuado en mi piel y en mi corazón. Sólo deseo que si hay algo más allá, estés allí esperandome para pasear.

Nos veremos Amigo.